EL PERIODISMO TIENE UNA GRAN FUNCIÓN: MOSTRAR LO QUE NO SE VE, SEA BUENO O MALO
El periodismo es un oficio que molesta y así debe ser
Conocer que 32% de los argentinos son pobres sorprendió, pero no por descubrir que hay pobres, basta verlos, sino porque durante años el gobierno ocultó esas cifras. También nos decían que había 10% de inflación y otras tantos «relatos».
No quiero más relatos y por eso apenas noto algo que se le parece a esa práctica, permítanme levantar la voz.
Como lo hizo Clarín con una foto donde se ve a los periodistas mirando un monitor de televisión sin poder acceder a cubrir un acto en Tecnópolis. Esto dio lugar a una excelente columna de Miguel Wiñazki «la realidad editada».
Todo lo que se comenta en esas dos notas viene ocurriendo. Apenas desembarcó el nuevo gobierno en la Casa Rosada, abrieron puertas, ventanas y se mostraron dispuestos al dialogo.
Sin embargo, poco a poco comenzaron las restricciones. Se pasó de encontrarnos con el presidente Mauricio Macri a instalar nuevamente las vallas. El personal de seguridad volvió a tener nuestras fotos en sus celulares para saber que somos periodistas. Se dejó de dar a conocer la agenda presidencial, y siguen las restricciones, a saber:
No podemos cubrir actos del presidente Macri (aún dentro de la Rosada) – esto se está tornando una práctica habitual .
Los voceros son selectivos en responder y se manejan con medios o periodistas amigos.
No permiten ingreso a la Casa Rosada de cámaras de TV o fotógrafos (salvo a los actos que el gobierno quiere).
La actividad del presidente y sus discursos los envían con hasta 3 ó 4 horas de demora (¿qué concepto de noticia tienen estos muchachos?).
Las versiones taquigráficas del presidente ya casi no se mandan.
Para el jefe de gabinete Marcos Peña y su equipo, la comunicación debe ser directa: vía redes sociales y contacto con la gente.
Respecto de los medios, privilegian a los diarios de papel y el resto son «un mal necesario».
El gobierno piensa que los medios en el fondo, no interpretan la agenda de la gente y por eso privilegian el contacto directo. Sólo les interesa utilizar los medios para comunicar aquello que ellos consideran que deben comunicar (ya escuchamos esto alguna vez no?).
Los políticos se llenan la boca hablando de libertad de prensa, pero de ahí a que les guste, hay una enorme distancia.
He notado que cualquier crítica que se le haga al actual gobierno sobre este tema es mal visto y retrucan «¿se quejan de nosotros?¿no se acuerdan cómo era antes?» Que el gobierno de los Kirchner en esta materia haya sido peor que el presente no significa que al actual se lo deba perdonar.
No confundamos buenos modales y frases amables con el real interés de informar.
Impedir el acceso a actos, limitar la circulación, informar sólo lo que quiere informa son muestras de lo que realmente se piensa de la función del periodismo.
Si lo permitimos, no nos podremos quejar en el futuro si se dejaran de dar conferencias de prensa, si volvieran las represalias o los condicionamientos a los medios con prebendas. Ya lo vivimos, no repitamos errores.