LA NUEVA ETAPA POLÍTICA DE LA PRESIDENTA INCLUYE ENFRENTAR LAS FACTURAS DEL PJ POR EL TRIUNFO DE CAMBIEMOS.


A Cristina le queda La Cámpora y la derrota

1123_cristina_brazos_afp.jpg_1853027552

Cristina Kirchner siguió los resultados del ballottage desde la Quinta de Olivos. Serán sus últimos días en la residencia presidencial. Planeó, por un momento, transferirle la banda a Daniel Scioli. Pero tendrá que colocársela a Mauricio Macri. Ella eligió y perdió. En el PJ hay fila para pasarle facturas. Por la campaña que llevó adelante, con más de 40 cadenas nacionales. Por su estilo agresivo y de confrontación. Por la decisión de llevar adelante proyectos polémicos sin consenso -el último, la designación de dos camporistas en la AGN-. Por darle tanto poder a La Cámpora y ningunear al Partido Justicialista en los últimos ocho años. Por haber elegido un candidato con rechazo social como Aníbal Fernández para la provincia de Buenos Aires. Por todo eso y mucho más, Cristina pasará al llano con serias dificultades para erigirse como jefa de la oposición, que es lo que anhela.

Los resultados de la elección demuestran, además, que la supuesta alta imagen positiva que dicen en el Gobierno que tiene la gestión de la Presidenta no es tal. Es lógico, después de 12 años de kirchnerismo, que haya un desgaste profundo. Pero el voto anti-kirchnerista fue mayor que el voto a favor de Mauricio Macri.

Pese al diagnóstico inicial, existe en el ultrakirchnerismo -sobre todo en La Cámpora- la idea de que un mal gobierno del macrismo los posicionará para que Cristina sea candidata en 2017 a senadora por la provincia de Buenos Aires, con la esperanza de regresar dos años después a la Casa Rosada.

Está claro que su postura ante un gobierno de Macri será de oposición total. Lo advirtió en su última cadena nacional cuando dijo que la asustaba que una persona con las ideas del jefe de Gobierno pudiera sentarse en la Casa Rosada. En ese momento advirtió que una supuesta política neoliberal encarnada por Macri terminaría como la de Fernando de la Rúa. “Después no pidan que se vayan todos”, alertó. Ayer, después de votar en Río Gallegos, y violando la veda, pidió a los argentinos que recordaran cómo estaban en 2003. Y dijo verse sorprendida por la cantidad de argentinos que salieron a hacer campaña por los derechos logrados “en estos 12 años de gobierno”.

En las últimas dos semanas, Cristina se borró de la campaña. Algunos dicen, para no restarle votos a Scioli. Otros, para poder despegarse de una derrota oficialista. Sin embargo, aunque aseguran que lo intentará, será difícil que la jefa de Estado pueda desentenderse del resultado, sobre todo, porque puso de compañero de fórmula al hombre de  su mayor confianza: el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

Donde vivirá aún es una incógnita. Le acondicionaron su departamento de Recoleta, sobre la calle Uruguay. Pero también tiene su lugar en el mundo, el chalet de El Calafate. Por las dudas, también posee propiedades en Puerto Madero. Lo más probable es que se quede en Buenos Aires, acompañando a sus hijos Máximo y Florencia.

Denuncias por la veda

El fiscal federal Jorge Di Lello investiga 53 denuncias contra Cristina Kirchner, un puñado más contra Daniel Scioli, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, por supuestamente violar la veda, según trascendió en medios digitales. Cristina habló durante 28 minutos con la prensa en defensa de su Gobierno y llamando a la gente a tener “memoria”. Scioli hizo una caminata el viernes cuando ya regía la veda. Vidal, lo mismo.