ALGUNOS DIRIGENTES YA HABLAN DE "REORGANIZAR EL PARTIDO". MASSA, URTUBEY, DE LA SOTA, ESPINOZA, ENTRE OTROS, BUSCAN REPOSICIONARSE EN LA INTERNA PARA CONDUCIR AL MOVIMIENTO
El peronismo mueve sus piezas tras la derrota de Daniel Scioli en el ballotage
Recalculando. Así quedó el peronismo luego de la victoria de Cambiemos en el ballotage del domingo, en el que Mauricio Macri se impuso por el 51,4% de los votos sobre el 48,6% cosechado por Daniel Scioli. Ya con las cartas sobre la mesa, dirigentes del Partido Justicialista de la oposición y el oficialismo mueven sus fichas para constituirse en la referencia opositora a Macri y llegar con chances hacia la próxima y lejana elección presidencial.
Con estas expectativas, los que más chances tienen de capitalizar el triunfo de Cambiemos son los peronistas opositores a la Casa Rosada. Buscarán instalar que la sociedad «pedía un cambio» y que el kirchnerismo, en calidad de grupo que hegemonizó al «movimiento» en los últimos 12 años, no supo o no quiso verlo a tiempo.
En este pelotón, quien se siente con la legitimidad (y los cinco millones de votos cosechados en octubre) para encabezar el reagrupamiento de la tropa peronista es el diputado del Frente Renovador Sergio Massa. Con los primeros resultados del domingo, el tigrense felicitó a Macri por ser electo presidente y se mostró como «garante» de una nueva oposición, que, anticipó, apostará a la gobernabilidad y al diálogo con el PRO. «Vos (por Macri) y tu gobierno cuentan con toda nuestra colaboración, porque entendimos hace mucho que para un argentino no debe haber nada más importante que otro argentino», afirmó.
A Massa lo fortaleció la caída del sciolismo. Cuando se profundicen los «pases de facturas» al interior del oficialismo, el ex candidato a presidente de UNA cuenta con un bloque propio y un crédito político nacional al que apelará para traccionar al PJ kirchnerista ma non troppo que hasta ahora encabezó el gobernador de Buenos Aires.
El margen de maniobra de Massa, sin embargo, está limitado tanto por la desconfianza del peronismo oficialista como por otros liderazgos en ascenso, como el del gobernador de Córdoba,José Manuel de la Sota. Analistas y dirigentes políticos coinciden en que la diferencia que obtuvo Macri para acceder a la Presidencia se dio en la provincia del centro, donde cosechó el 71% de los sufragios. Por lo tanto, el mandatario provincial mostrará su «cordobesismo» opositor que supo cultivar durante el período kirchnerista como punta de lanza de la renovación.
«Se veía venir un cambio. Lo veníamos planteando hace tiempo. Será porque Córdoba fue la provincia más discriminada. Sentimos un gobierno autoritario y esta fue la respuesta», sostuvo De la Sota, quien anoche se anotó para la «reconstrucción del PJ». «No perdió el peronismo, sino que perdieron los usurpadores«, fustigó el gobernador.
El tercero que quedó posicionado para la disputa del PJ es el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, pese a su apoyo explícito a la candidatura de Daniel Scioli y del espacio kirchnerista. Es que de un tiempo a esta parte se mostró ajeno e independiente del kirchnerismo duro, al punto de criticar y cuestionar con dureza algunas decisiones adoptadas por la Presidente, como los nombramientos de última hora de La Cámpora en la Auditoría General de la Nación.
Urtubey tampoco ocultó sus intenciones de cara a lo que viene y expuso con claridad su intención de formar parte de la reconfiguración del PJ tras el fin del mandato de Cristina Kirchner.
«Viene una tarea enorme del peronismo», señaló al diario Clarín el gobernador de Salta. «El pueblo no se equivoca, y si ganaron es que hicieron mejor las cosas. Estamos obligados a levantar la vara», esbozó en tono de autocrítica.
El factor Conurbano
De la mano del peronismo kirchnerista, otra pieza que será clave en el PJ es el tándem del municipio de La Matanza, encabezado por Fernando Espinoza y su delfín e intendente electa,Verónica Magario. Aunque acompañó a Scioli en la carrera por la Presidencia, Espinoza detenta la nada despreciable presidencia del peronismo bonaerense y goza de una influencia estructural en el mapa de poder provincial. En su distrito de 953.356 electores –un padrón mayor que el de varias provincias–, el histórico referente cosechó para Scioli el 63,21% de los votos y una distancia de 30 puntos con respecto a Cambiemos, lo que hizo revalidar el título de La Matanza como «capital nacional del peronismo».
Al igual que Urtubey, Espinoza cosecha un estilo de conducción pragmático del peronismo tradicional, distinto del que expresan las agrupaciones cristinistas como La Cámpora o Kolina. Por eso es otro de los que se mostraron contrarios a la idea de que en el futuro Cristina Kirchner aparezca, en primera instancia, como heredera de la conducción del PJ.
«El peronismo bonaerense, como el peronismo nacional seguramente, va a tener un período de reflexión y después de reafirmación de liderazgos o de reorganización con nuevos liderazgos«, afirmó Espinoza. En estas señales para dar y barajar de nuevo, el dirigente matancero también optó por mostrarse dialoguista con Mauricio Macri y la gobernadora electa, María Eugenia Vidal: «Ahora buscaremos la unidad de todos los sectores porque así garantizamos la unidad nacional».